La judoca María Bernabeu se retira oficialmente de la competición. Si bien la última estación se llamaba Tokyo 2020, la judoca de DeFrutos alargó su parada hasta Tokyo 2021 por motivos de causa mayor. Desde entonces sólo ha participado en dos competiciones a nivel europeo, añadiendo sendas medallas para su extensa vitrina de trofeos. Pero lo cierto, es que su recorrido en la competición ya había terminado.
Así, la deportista que ha capitaneado el equipo español de judo durante muchos años anuncia oficialmente su marcha a los 34 años. Posiblemente los amantes de los números la recordarán como una doble medallista mundial, representante española de la categoría de 70 kilos en dos juegos olímpicos, diploma olímpico en los de Rio 2016, ganadora de Grand Prix, ganadora de Grand Slam, y más de 10 veces Campeona de España. Los números darán cifras elevadas de las veces que sus adversarias se vieron envueltas entre las piernas de una María que las atrapaba en un Sankaku espectacularmente efectivo.
Los más nostálgicos la recordarán como la judoca que tiró del carro cuando allá por los años 2015-2017 el equipo nacional recurría casi exclusivamente a las esperanzas que María albergaba en las competiciones internacionales de primer nivel. La recordarán como a aquella jovencita que se hizo mayor mientras se convertía en la definición de judoca integral, encarnando los valores deseables por cualquier deportista en general y judoca en particular: actitud, entrega, sacrificio, profesionalidad, compromiso, respeto, humildad, resiliencia, tenacidad, generosidad, y un sinfín de cualidades que le sirvieron para obtener el reconocimiento del mundo del judo.
Los románticos del judo en España quizás la recuerden como la judoca amiga de los japoneses. Amiga de Koga Sensei, y de todo el equipo de la International Pacific University (IPU) de Okayama. Una amistad forjada a partir de múltiples entrenamientos en el país del sol naciente durante años que abrió las puertas al convenio firmado por la Real Federación Española de Judo y D.A. con Japón. Convenio que dio la oportunidad al equipo nacional a realizar estancias de 3 semanas de entrenamiento con las mejores judocas del mundo en dicho país durante 3 años, financiado por los estamentos japoneses. Los románticos del judo en España seguramente también recuerden el dolor de verla caer en la técnica de oro en esos JJOO de Rio 2016, en el combate por la medalla de bronce que casi colgaba de su cuello.
En cambio, sus amigos del judo, sus compañeros de tatami, y su equipo técnico la recordarán como la persona con la que pasar el tiempo era sinónimo de reír. Alguien que no perdía un segundo lamiéndose las heridas, y que no desperdiciaba una oportunidad de pasarlo bien con poca cosa. Estos últimos posiblemente no querrán recordarla en realidad, porque encontrarán cualquier excusa para seguir viviéndola.
Sea como sea, lo que es seguro, es que la judoca de brazos interminables y sonrisa eterna cierra una etapa inolvidable para dar paso a la siguiente.
Gracias María por todo lo que nos has regalado.