Después de un año duro en el que los resultados no han acompañado a la judoca más laureada de DeFrutos, María decidió reencontrarse el pasado fin de semana en el Grand Prix de Budapest. No había mejor manera de frenar la sequía de resultados que con un aluvión de buenas acciones, confianza, y fidelidad a su estilo. Una fidelidad que en este caso condujo a la alicantina hasta lo más alto de un pódium en el que se encontraban algunas de las mejores judocas del mundo, y que esta vez tuvieron que mirar hacia arriba para ver la cara de la radiante Bernabeu.
Un ritmo altísimo de combate no dejaba pensar a las rivales, la estabilidad a la hora de recibir acciones en pie permitió no recibir ninguna puntuación en contra, decisiones acertadas y llevadas a cabo con determinación junto a un estupendo trabajo de suelo constituyeron la configuración perfecta para navegar en las aguas turbulentas de una competición francamente difícil. Rivales de entidad como la japonesa Arai, la Polaca Klys, o la alemana Vargas ansiaban la medalla de oro que Bernabeu no estaba dispuesta a compartir en esta ocasión.
Felicidades a María, a todos sus compañeros de Club, y a la Federación Gallega de Judo, que mantienen la ilusión y siguen creyendo en la posibilidad de lograr el pasaporte a los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Pasos como este hacen pensar que todo es posible si nuestra campeona se muestra así de sólida.
La próxima estación se llama “Cto de Europa”, dentro de 10 días, donde esperamos volver a ver la mejor versión de María Bernabeu.