Al igual que la «Perla Negra» en la famosa película Piratas del Caribe nuestra María Bernabeu atracó en las playas de la península de Yucatán con las ideas tan cristalinas como las aguas que bañan sus costas.
La de DeFrutos tenía en mente subirse lo más alto posible en el pódium del Grand Prix para contemplar desde arriba el camino recorrido entre los JJOO de Río y el mes de junio de 2017. De este modo, se plantó en la final del campeonato para enfrentar a la actual medalla de bronce olímpica, la inglesa Sally Conway, y con un planteamiento valiente y agresivo mostró una superioridad que dio como resultado la medalla de oro colgando de su cuello. En ese momento y al son de los compases del himno nacional pudo al fin recuperar la inigualable sensación que experimenta un deportista cuando se enfrenta a algunas de las mejores de su categoría y es capaz de demostrarse que su nivel deportivo es ya un hecho que justifica el trabajo realizado durante años de vida.
María gana 700 puntos, que sumados a los 360 del quinto lugar obtenido en el Grand Slam de Rusia hace unas semanas, le harán escalar posiciones en el ranking mundial situándose entre las 6 primeras de la categoría de 70 kilos. Pero lo que suma la judoca más laureada de nuestra escuela son sensaciones que se transformarán en confianza para afrontar de nuevo el Campeonato del Mundo de Hungría el próximo mes de septiembre, como una de las candidatas con posibilidades al título.
Felicidades a María por los resultados, pero sobre todo por el ejemplo de fuerza, coraje y pundonor que refleja ante la mirada de admiración que despierta en todos los que la acompañamos en este camino bajo la bandera DeFrutos y la Federación Gallega de Judo.